Page 592 - Quimica - Undécima Edición
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El cuchillo equivocado 5
l doctor Thomas Noguchi, renombrado médico forense de Los Ángeles, estaba haciendo la
Enecropsia de un joven de unos 20 años de edad que había sido asesinado con un arma blan-
ca. Un detective de homicidios del Departamento de Policía de Los Ángeles entró en la habitación.
Llevaba un maletín de color café que contenía el arma mortal. “¿Quiere revisarlo?”, preguntó.
“No”, dijo Noguchi. “Yo le diré exactamente cómo fue.”
El doctor Noguchi no alardeaba. Quería demostrar una importante técnica forense a los médi-
cos residentes de patología, que observaban la necropsia. El método tradicional para medir
la longitud de un cuchillo consistía en introducir una disolución de sulfato de bario (BaSO 4 ) en la
herida y después hacer un estudio de rayos X, pero él creía haber encontrado un mejor método.
Encendió un mechero Bunsen y fundió un poco de metal de Wood, ante la mirada del detec-
tive y de los residentes. (El metal de Wood es una aleación de bismuto, plomo, estaño y cadmio,
que tiene un bajo punto de fusión, de 71°C.) A continuación seleccionó una herida del tórax de
la víctima, localizada por encima del hígado e introdujo por ella el metal líquido, que se deslizó
por la herida hasta llegar al hígado. Cuando se enfrió el metal, obtuvo un molde exacto de la
punta del arma asesina. Agregó la medida de esta punta a la distancia desde el hígado y la super-
fi cie de la piel del tórax. Después le dijo al detective de homicidios: “Se trata de un cuchillo de
cinco y media pulgadas de largo, una pulgada de ancho y un dieciseisavo de pulgada de grueso”.
El detective sonrió y miró en su maletín. “Lo siento, doctor Noguchi.” Sacó una navaja
mucho más pequeña, de sólo 3 pulgadas de largo.
“Es el cuchillo equivocado”, dijo inmediatamente Noguchi.
“Oh, ahora escuche”, dijo el detective. “Encontramos el cuchillo con el que lo mataron en
la misma escena del crimen.”
“Usted no tiene el arma asesina”, insistió el doctor Noguchi.
El detective no podía creerle. Pero dos días después, la policía encontró un cuchillo ensan-
grentado en un bote de basura a dos calles de la escena del crimen. El arma medía exactamente
cinco y media pulgadas de largo, una pulgada de ancho y un dieciseisavo de pulgada de grosor.
Y la sangre que había en la hoja coincidía con la de la víctima.
Era el arma asesina. La navaja que había descubierto la policía en la escena del crimen había
sido utilizada por la víctima para defenderse. Y dos cuchillos signifi caban una lucha con cuchillos.
¿Era parte de un pleito entre pandillas? La policía investigó y encontró que la víctima era miem-
bro de una pandilla que estaba en pleito con otra. Al interrogar a los miembros de la pandilla
rival, fi nalmente identifi caron al asesino.
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Adaptado, con autorización, de Simon & Schuster de “Coroner”, por Thomas T. Noguchi, M. D., Derechos reservados 1984
por Thomas Noguchi y Joseph DiMona.
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