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Componente: Procesos físicos
3.3.3 Fármacos anti-microbianos
Con la invención del microscopio, se puso de manifi esto un
mundo hasta ahora desconocido, seres microscópicos y células
de diversos tipos. Con el desarrollo de colorantes, iniciada por
William Perkin (1838–1907), comenzó el estudio sistemático
de la estructura celular. Al disponer de colorantes específi cos
fue posible teñir selectivamente ciertas partes de una célula
o ciertos microorganismos. Paul Ehrlich (1854-1915) pensó
que los colorantes representaban una verdadera bala mágica,
capaz de aniquilar a los microorganismos patógenos sin dañar
el organismo de la persona afectada. En la actualidad, este tipo
de compuestos se denominan antibióticos (fi gura 45). Ehrlich
ensayó con algunos colorantes y postuló que la acción germi-
cida de estas sustancias radicaba en sus átomos de nitrógeno
Figura 45. Los antibióticos son agentes químicos muy efectivos
unidos a través de enlaces dobles del tipo —N N—. Para contra las bacterias. En la ilustración se muestra la bacteria
comprobarlo, realizó sucesivas modifi caciones en las estruc- Treponema pallidum, causante de la sífi lis.
turas de los colorantes, sustituyendo los átomos de N por As
debido a que presentaban propiedades similares.
Más tarde, Gerhard Domagh (1895–1964) continuó con el
trabajo de Ehrlich. En 1932 inyectó en ratones infectados un
nuevo colorante rojo, denominado prontosil y observó que
sólo los ratones tratados con el colorante lograban sobrevivir.
Los ensayos continuaron hasta que Hildegarde, la hija de
Domagh, se enfermó de septicemia, una infección total del
organismo. Como su muerte era inminente, el científi co se
atrevió a ensayar el colorante en ella, tras lo cual, la niña se
alivió.
El descubrimiento del prontosil permitió demostrar que uno
de los métodos más efectivos para curar las enfermedades
consistía en la administración de fármacos que atacaran direc-
tamente los microorganismos patógenos. Gracias a los exito-
sos descubrimientos de Domagh, los científi cos continuaron
buscando nuevos antibióticos.
Fue Alexander Fleming (1881-1955) quien a pesar de la admi-
ración que sentía por Domagh comentó que tenía algo mejor
que el prontosil, nadie quiso escucharle, sin embargo se trataba
nada menos que de la penicilina. La atención hacia este nuevo
antibiótico sólo resurgió con la Segunda Guerra Mundial,
cuando pasó a ser secreto militar. Este antibiótico ejerce su ac-
ción inhibiendo el sistema enzimático que regula la síntesis de
Figura 46. El hongo Penicillium notatum, de donde se obtiene
la pared celular de los gérmenes. Algunos de ellos se vuelven re- algunos tipos de penicilina.
sistentes a la penicilina sintetizando otra enzima, la penicilasa,
que la destruye. Para contrarrestar la acción de la penicilasa el
científi co dispone de un hongo que le proporciona el núcleo
básico de la penicilina (fi gura 46). Así se pueden adicionar a
este núcleo diferentes cadenas laterales, permitiendo la crea-
ción de nuevas penicilinas, como la ampicilina, amoxicilina y
cloxacilina, que anulan la acción de la penicilasa. A su vez, por
mutaciones genéticas, los agentes patógenos desarrollan otras
penicilasas capaces de combatir los nuevos antibióticos. De EJERCICIO ¿Por qué fue tan importante el descubrimiento de
esta manera continúa la lucha por la sobrevivencia entre ambas la penicilina durante la Segunda Guerra Mundial?
especies: el hombre y los microorganismos.
© Santillana 247
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