Page 359 - Quimica - Undécima Edición
P. 359

8.1  Desarrollo de la tabla periódica      329


                   uchas de las propiedades químicas de los elementos se explican en términos de su confi gu-
              Mración electrónica. Debido a que los electrones llenan los orbitales atómicos de manera muy
              ordenada, no es sorprendente que los elementos con confi guraciones electrónicas semejantes, como
              sodio y potasio, se comporten en muchos aspectos de manera similar y que, en general, las propie-
              dades de los elementos muestren tendencias observables. Los químicos del siglo xix descubrieron
              tendencias periódicas en las propiedades físicas y químicas de los elementos mucho antes de que la
              teoría cuántica apareciera en escena. A pesar de que estos químicos desconocían la existencia de
              electrones y protones, sus esfuerzos para sistematizar la química de los elementos resultaron nota-
              blemente acertados. Sus principales fuentes de información fueron las masas atómicas de los ele-
              mentos y otras propiedades físicas y químicas conocidas.



              8.1  Desarrollo de la tabla periódica

              En el siglo xix, cuando los químicos sólo tenían una vaga idea respecto de los átomos y
              las moléculas, y sin saber aún de la existencia de los electrones y los protones, desarro-
              llaron una tabla periódica utilizando su conocimiento de las masas atómicas. Ya se habían
              hecho mediciones exactas de la masa atómica de muchos elementos. Ordenar los elemen-
              tos de acuerdo con sus masas atómicas en una tabla periódica parecía una idea lógica
              para los químicos de aquella época, quienes pensaban que el comportamiento químico
              debería estar relacionado, de alguna manera, con las masas atómicas.
                                                      1
                  En 1864, el químico inglés John Newlands  observó que cuando los elementos se
              ordenaban según sus masas atómicas , cada octavo elemento mostraba propiedades seme-
              jantes. Newlands se refi rió a esta peculiar relación como la ley de las octavas . Sin embar-
              go, tal “ley” resultó inadecuada para elementos de mayor masa que el calcio, por lo cual
              el trabajo de Newlands fue rechazado por la comunidad científi ca.
                                                                                       3
                                                       2
                  En 1869, el químico ruso Dmitri Mendeleev  y el químico alemán Lothar Meyer
              propusieron de manera independiente una disposición en tablas mucho más amplia para
              los elementos, basada en la repetición periódica y regular de sus propiedades. El sistema
              de clasifi cación de Mendeleev  superó sobremanera al de Newlands, en particular en dos
              aspectos. Primero, agrupó los elementos en forma más exacta, de acuerdo con sus propie-
              dades, y segundo, porque hizo viable la predicción de las propiedades de varios elementos
              que aún no se descubrían. Por ejemplo, Mendeleev planteó la existencia de un elemento
              desconocido que llamó eka-aluminio  y predijo algunas de sus propiedades (eka es una
              palabra en sánscrito que signifi ca “primero”; así, el eka-aluminio sería el primer elemen-
              to bajo el aluminio en el mismo grupo). Cuando se descubrió el galio cuatro años más
              tarde, notó que sus propiedades coincidían signifi cativamente con las propiedades que
              pronosticó para el eka-aluminio:
                                          Eka-aluminio (Ea)    Galio (Ga)
                         Masa atómica         68 uma           69.9 uma
                         Punto de fusión      bajo             29.788C                    El galio se funde en la mano de
                         Densidad             5.9 g/cm 3       5.94 g/cm 3                una persona (la temperatura cor-
                                                                                          poral es de aproximadamente
                         Fórmula del óxido    Ea 2 O 3         Ga 2 O 3                   378C).
                  La tabla periódica de Mendeleev  incluyó los 66 elementos que se conocían hasta   En el apéndice 1 se explican los nom-
              entonces. En 1900 ya se habían incorporado en la lista alrededor de 30 elementos más,   bres y los símbolos de los elementos.

              1  John Alexander Reina Newlands (1838-1898). Químico inglés. El trabajo de Newlands constituyó un paso más
              en el camino correcto para la clasifi cación de los elementos. Por desgracia, debido a sus limitaciones, fue blan-
              co de muchas críticas, e incluso ridiculizado. En una reunión se le preguntó si alguna vez había tratado de
              examinar los elementos en orden alfabético. Sin embargo, en 1887, Newlands fue honrado por la Real Sociedad
              de Londres por sus contribuciones.
              2  Dmitri Ivanovich Mendeleev (1836-1907). Químico ruso. Su trabajo acerca de la clasifi cación periódica de los
              elementos es considerado por muchos como el logro más importante en la química del siglo xix.
              3  Julius Lothar Meyer (1830-1895). Químico alemán. Además de su contribución a la tabla periódica, Meyer
              también descubrió la afi nidad química de la hemoglobina por el oxígeno .
   354   355   356   357   358   359   360   361   362   363   364