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756 EL NÚCLEO ATÓMICO

                                         La suma de los números de extrañeza se conserva en las interacciones fuertes y electro-
                                         magnéticas, y cambia en una unidad en interacciones débiles.
                                   Como ejemplo de aplicación tenemos las siguientes reacciones:


                                                                         +
                                                    Permitida: n +p o  ®  K + S  -  S B R : 1  +0  =0  + 1
                                                                                T
                                                                                 S: 0
                                                                                         =1 1
                                                                                      +0
                                                                                             -
                                                    Prohibida: p +p  -  ®  p  - +S  +  S B R : 1  +0  =0  + 1
                                                                                T
                                                                                         ¹0
                                                                                             - 1
                                                                                 S: 0
                                                                                      +0
                                      Una última ley de conservación es la del SPIN ISOTÓPICO o ISOSPÍN. Entre las partículas existen
                                   familias de miembros con la misma masa e iguales tipos de interacción pero distinta carga; estas
                                   familias se llaman multipletes y se considera a sus miembros como distinto estados de carga de
                                   una entidad fundamental. Se asigna a cada familia un número cuántico I tal que el número de es-
                                   tados de carga viene dado por el valor 2I +1. Así, por ejemplo, al multiplete del nucleón le corres-
                                   ponde I =1/2 con lo que resulta 2I +1 =2, dos estados que son el protón y el neutrón; al multiple-
                                                                                                   +
                                                                                                          o
                                                                                                      –
                                   te del pión le corresponde I =1 ya que 2I  +1 =3, los tres estados de carga son p , p y p . Una
                                   partícula con un solo estado tiene I =0 para que 2I +1 sea igual a 1. Debido a la analogía con el
                                   desdoblamiento de un nivel electrónico de momento angular l en 2l +1 subniveles, se denomina I
                                   NÚMERO CUÁNTICO DE ISOSPÍN.
                                      El isospín puede representarse por un vector I caracterizado por su magnitud y su componente
                                   I en una  dirección que, a diferencia del spin, no tiene nada que ver con las direcciones espaciales
                                    z
                                   comunes. Su componente en la llamada dirección z del espacio de isospín adopta los valores I, I-1,
                                   ..., +1, 0,–1, –I +1, –I,  que son enteros o semienteros según lo sea I. De esta forma, por ser para
                                   el nucleón I =1/2, I puede valer 1/2 (protón) y –1/2 (neutrón); para el pión, por ser I =1, se tiene
                                                  z
                                                             o
                                                +
                                                                            –
                                   I =+1 para el p , I =0 para el p e I =–1 para el p .
                                                                z
                                                  z
                                    z
                                      Cada orientación permitida al vector de isospin I está directamente relacionada con la carga de
                                   la partícula representada.
                                      La ventaja de esta representación es que basta un número cuántico, I, para designar a todos
                                   los miembros de un multiplete, y que el desdoblamiento en varios estados de carga se puede des-
                                   cribir mediante los valores de la componente I .
                                                                      z
                                      Si expresamos la carga q de una partícula como q =Qe, el número de carga Q puede determi-
                                   narse en función del isospín, del número bariónico y de la extrañeza, mediante la expresión:
                                                                          B  S
                                                                   Q =  I + 2  + 2
                                                                       z
                                      La carga y el número bariónico se conservan en todas las interacciones, por lo tanto:
                                         I se conserva en las reacciones en que lo hace S, es decir, en las interacciones electro-
                                         z
                                         magnéticas y fuertes, mientras que cambia con las débiles.                 MUESTRA PARA EXAMEN. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN. COPYRIGHT EDITORIAL TÉBAR
                                   XXX – 45. EL modelo de los quarks
                                      En la década de 1960 el número de partículas supuestamente elementales creció constante-
                                   mente en un proceso que parecía no tener fin; con cada construcción de un acelerador capaz de
                                   alcanzar mayor energía que el anterior se producía un auténtica avalancha de nuevas partículas.
                                   La situación era parecida a la que se dio entre mediados de los siglos XVIII y XX, en que el núme-
                                   ro de elementos químicos pasó de una docena a más de cien.
                                      La búsqueda de los constituyentes últimos del universo parecía resuelta cuando con el protón,
                                   el neutrón y el electrón se podía explicar la estructura de todos los elementos químicos. Sin embar-
                                   go, el sueño de haber llegado a esos constituyentes se vino abajo cuando empezaron a aparecer
                                   neutrinos, positrones, antiprotones y un gran número de mesones e hiperones. Ante esta prolifera-
                                   ción los físicos se dedicaron a la búsqueda de componentes de la materia de un nivel inferior al de
                                   las partículas elementales.
                                      Los leptones son realmente partículas fundamentales; el electrón, los leptones m y t y sus neu-
                                   trinos correspondientes, son los seis conocidos hasta ahora. La proliferación de hadrones hizo pen-
                                   sar que no eran partículas fundamentales y, en 1964, Murray Gell-Mann y Gerge Zweig llegaron
                                   independientemente a formular la teoría sobre su composición (la del primero resultó ser más
                                   completa y le valió el premio Nobel de Física de 1969).
                                      Según Gell-Mann, los hadrones están formados por la unión de dos o de tres partículas a las
                                   que llamó QUARKS, de los que propuso dos clases distintas que actualmente se conocen como u y d
                                   (up: arriba, down: abajo), con sus correspondientes antiquarks, el antiarriba u  y el antiabajo d  .
                                      Más tarde ha sido preciso introducir otros cuatro, además de sus antiquarks, que son los quarks
                                   extraño s (extrange), encantado c (charmed), belleza o fondo b (beauty o botton) y verdad o cima t
                                   (truth o top).
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