Page 734 - Fisica General Burbano
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PARTÍCULAS ELEMENTALES 753


          C-12, núcleos de O-16, Ne-20 y Mg-24. Los núcleos de carbono se unen y el resultado se desinte-
          gra de formas muy distintas, dando elementos como el magnesio o el sodio. Dos núcleos de oxíge-
          no pueden reaccionar y formar azufre o fósforo.
             Todos los procesos mencionados, al ser exotérmicos, van incrementando la temperatura y por
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          tanto la energía cinética de los núcleos. Al llegar al rango de los 10 K ya son posibles reacciones
          que dan núcleos de Fe-56 o similares (de A =60 ó 70), pero a partir de aquí ya no se pueden for-
          mar núcleos de número másico mayor porque las necesidades de energía son demasiado elevadas
          y la reacción correspondiente es endotérmica.
             La formación de núcleos pesados no se realiza por fusión, sino por captura de neutrones libe-
          rados en algunas reacciones de fusión entre núcleos ligeros. Muchas de las capturas neutrónicas
          van seguidas de una desintegración beta, con la emisión de un electrón y el incremento del número
          atómico en una unidad; de esta forma se va avanzando gradualmente hacia valores mayores de Z.
             Un proceso en el que también se sintetizan núcleos pesados son las reacciones nucleares que
          acompañan a una explotación de supernova. La evolución de una estrella hasta explotar en super-
          nova puede ser distinta según su masa inicial; una de las posibles formas enlaza con lo expuesto
          hasta aquí en esta cuestión. En una estrella de masa diez o más veces la de nuestro sol, se llega a
          un estadio en el que contiene hidrógeno en su periferia, y helio, carbono, etc, dispuestos concén-
          tricamente en capas. La región central está compuesta por gas de hierro muy denso, y su estabili-
          dad se mantiene gracias a que la atracción gravitatoria está compensada por la presión gaseosa,
      MUESTRA PARA EXAMEN. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN. COPYRIGHT EDITORIAL TÉBAR
          causada principalmente por electrones circulando a gran velocidad.
             Cuando la zona central contiene aproximadamente 1,5 masas solares la presión y la densidad
          son tan grandes que todos los protones y electrones acaban uniéndose y formando neutrones; la
          presión gaseosa desaparece y la inmensa fuerza gravitacional concentra los aproximadamente
          3 ´10 30  kg de esa zona en una estrella de neutrones de unos 10 Km de diámetro (lo que equivale
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          a una densidad de 6 ´10 12  kg/cm ). Este colapso libera tal cantidad de energía que el resto de la
          estrella es proyectado hacia el exterior a gran velocidad; la estrella explota, quedando finalmente
          una estrella de neutrones en el centro de una gran nube explosiva en expansión.
             Posiblemente, todos los átomos más pesados que el helio presentes en la Tierra se han forma-
          do en una gran estrella anterior a nuestro sol, bien en su fase de fusión normal o bien en el breve
          tiempo de una explosión de supernova.
             PROBLEMAS:60 al 78.


                                  E) PARTÍCULAS ELEMENTALES
          XXX – 43. Partículas elementales
             El descubrimiento del neutrón dejó la imagen del átomo de Rutherford y Bohr bastante com-
          pleta, con la existencia de dos partículas elementales, protón y neutrón, que formaban el núcleo
          atómico y una tercera partícula, el electrón, orbitando alrededor. Había que añadir una cuarta
          partícula, el fotón, para describir la radiación electromagnética. Sin embargo, este sencillo panora-
          ma se complicó con la aparición de nuevas partículas elementales.
             Las medidas realizadas en experiencias de desintegración de neutrones, demuestran que aun-
          que en distintos procesos el protón resultante tenga la misma energía, no ocurre lo mismo con el
          electrón. El principio de conservación de la energía (además del momento lineal y del angular) se
          satisface solamente si en la desintegración beta se admite la existencia de una nueva partícula, de
          la que ya hemos hablado en este capítulo, el neutrino. Su existencia, postulada por Fermi, fue de-
          tectada experimentalmente por Cowman y Reines en 1956; las reacciones en las que toma parte
          son muy lentas, y se denominan interacciones débiles, para distinguirlas de las interacciones
          nucleares fuertes que ocurren en tiempos mucho más cortos y originan fuerzas mucho más intensas.
             La interacción fuerte es transmitida por los piones (ver cuestión XXX-7), postulados por Yuka-
          wa en 1935 y descubiertos por Powell en la radiación cósmica en 1946. Paralelamente a estos des-
          cubrimientos se produjo el del positrón en 1932 por Anderson.
             Todas estas partículas: fotón, protón, neutrón, electrón, positrón, neutrino y pión, parecían su-
          ficientes para dar una imagen completa del universo y para explicar las fuerzas nucleares e incluso
          los procesos estelares; además su aparición histórica era plenamente satisfactoria, primero se pos-
          tula su existencia y después se detecta experimentalmente.
             A partir de aquí el proceso se invierte, empiezan a descubrirse nuevas partículas que hay que
          acomodar en los modelos teóricos. La primera de ellas, descubierta en los rayos cósmicos por An-
          derson y Neddermeyer, fue el muón, del que se pensó en principio que era el cuanto de la fuerza
          fuerte, idea que se desechó al comprobar experimentalmente que no interaccionaba fuertemente
          con los nucleones; la única interacción que experimenta con ellos es la debida a su carga. Por aho-
          ra, el muón no es esencial para la comprensión del núcleo, y de hecho no está nada claro su papel
          en la naturaleza.
             En fotografías realizadas en la cámara de niebla, en la que se había introducido una placa de
          plomo, se observaron en 1947 una serie de líneas en forma de V que parecían surgir de la nada.
          La interpretación de este hecho fue que una partícula al chocar con un núcleo de plomo había
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