Page 664 - Física Tippens: Conceptos y Aplicaciones, Séptima Edición Revisada
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33.2  Propagación  de  la  luz   645

                                 La  aplicación de  este principio  se ilustra en la figura  33.2 para  los  casos frecuentes  de una
                                 onda plana y de una onda circular.
                                    El principio de Huygens tuvo un particular éxito para explicar la reflexión y la refracción. La
                                 figura 33.3 muestra cómo se puede utilizar este principio para explicar la flexión de la luz al pasar
                                 del aire al agua. Cuando las ondas planas golpean la superficie del agua con cierto ángulo, los pun­
                                 tos A, C y E se vuelven las fuentes de nuevas ondeletas. La envoltura de estas ondeletas secundarias
                                 indica un cambio en la dirección. Se puede elaborar un esquema similar para explicar la reflexión.
                                    La reflexión y la refracción se explicaron fácilmente  en términos de la teoría corpuscular.
                                 Las figuras 33.4 y 33.5 ilustran los modelos que se pueden usar para explicar la reflexión y la re­
                                 fracción sobre la base de corpúsculos minúsculos. La existencia de partículas perfectamente elás­
                                 ticas de masa insignificante que rebotan de una superficie elástica podrían explicar la reflexión
                                 regular de la luz en superficies lisas. La refracción puede ser análoga al cambio de dirección de
                                 una pelota que rueda al encontrarse una pendiente. Esta explicación requería que las partículas
                                 de luz viajaran más rápido en el medio de refracción, mientras que la teoría ondulatoria necesitaba
                                 que la luz viajara más despacio en el medio de refracción. Newton aceptó que si pudiera demos­
                                 trar que la luz viaja más lentamente en un medio material de lo que tarda en el aire, tendría que
                                 abandonar la teoría corpuscular. No fue sino hasta mediados del siglo jídí cuando Jean Foucault
                                 demostró en forma convincente que la luz viaja más lentamente en agua que en el aire.





















                  Figura  33.4  Explicación  de  la  reflexión  en   Figura  33.5  La refracción de la luz cuando pasa
                  términos de la teoría corpuscular de la luz.     del  aire  a otro  medio  explicada por medio  de  un
                                                                   ejemplo mecánico.


                                 Propagación  de  la  luz

                                 El descubrimiento de la interferencia y la difracción en 1801 y en 1816 inclinó el debate en favor
                                 de la teoría ondulatoria de Huygens. Sin duda, la interferencia y la difracción se podían explicar
                                 únicamente  en términos  de  la teoría ondulatoria.  Sin embargo,  aún quedaba un problema  sin
                                 resolver. Se creía que todos los fenómenos ondulatorios requerían de la existencia de un medio
                                 de transmisión. Así, por ejemplo, ¿cómo podían viajar las ondas a través del vacío si no había
                                 nada más que  “vibrara”? Además, ¿cómo podría la luz llegar a la Tierra desde el Sol o desde
                                 otras estrellas  a través de millones de millas  de espacio vacío? Para evitar esta contradicción,
                                 los físicos postularon la existencia de un “éter transportador de luz”.  Se pensó que este medio
                                 universal, que lo penetraba todo, llenaba todo el espacio entre y dentro de todos los cuerpos ma­
                                 teriales. Pero, ¿cuál era la naturaleza de ese éter? Con seguridad no podía ser un gas, un sólido
                                 o un líquido que obedeciera las leyes físicas conocidas en ese tiempo.  Sin embargo, no podía
                                 desecharse la teoría ondulatoria tomando en cuenta las pruebas de la interferencia y la difrac­
                                 ción. No parecía haber opción posible salvo definir el éter como “lo que transporta la luz”.
                                    En  1865, un físico escocés. James Clerk Maxwell, emprendió la tarea de determinar las
                                 propiedades de un medio que pudiera transportar luz y además tomar parte en la transmisión
                                 de calor y energía eléctrica. Su trabajo demostró que una carga acelerada puede radiar ondas
                                 electromagnéticas en el espacio. Maxwell explicó que la energía en una onda electromagnética
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